Parafaragamus

Antoni Tàpies

Parafaragamus (Parafaragamus)

1949

Óleo sobre tela

89 x 116 cm

44

Dado lo limitado del conocimiento artístico de Tàpies hasta este momento, su acceso a través de Joan Prats a la obra de Picasso, Klee, Ernst y, sobre todo, Miró, que vivía por aquel entonces en Barcelona, fue trascendental en el desarrollo de su carrera. Tanto es así que, bastantes años más tarde, Tàpies seguía recordando con exactitud qué obras había visto en el estudio de Miró(…)

 

 

 

 

 

Tàpies descubrió la obra de Paul Klee un año más tarde que la de Miró, y, en un cuadro de 1949, Parafaragamus, ya se observa que, junto a aspectos típicamente mironianos, aparecen también elementos derivados del arte de Klee. Como este, Tàpies ha representado un elemento floral no desde fuera, sino desde dentro, describiendo el mundo interior de la flor de un modo fantástico, más allá de toda restricción visual. Asimismo, uno de los motivos centrales de Parafaragamus es una perspectiva en damero que alude a la pintura de Klee. Por último, en esta y otras obras, Tàpies superpone, al igual que Klee, unas formas planas, triangulares y cuadradas, sobre un fondo tridimensional; es decir, que la pintura es concebida a la vez como superficie y profundidad.(…)

 

 

Como en tantas obras de este periodo, el título de Parafaragamus le fue sugerido a Tàpies por el poeta Joan Brossa, cuya obra dramática también estaba influida por Miró. Sin duda, durante los años del denominado momento surrealista de Tàpies existió una cierta simbiosis entre este y Brossa, quien ejerció una cautivadora influencia sobre Tàpies, incentivándole precisamente en aquellos aspectos que más acercaban la pintura de Tàpies al surrealismo de su obra dramática y poética. El mismo Tàpies fue consciente de que Brossa le estaba estimulando en una cierta dirección, y pronto decidió explorar otros caminos.

 

Extractos de Manuel J. Borja-Villel, "La colección", Fundació Antoni Tàpies (Barcelona: Fundació Antoni Tàpies, 1990).